Numerosos estudios sugieren que el estrés del cuidador/a de una persona con autismo, es similar al estrés post traumático de un soldado de guerra.Y es que, desde el momento en que se obtiene el diagnóstico, se inicia un proceso de aceptación que pasa por diferentes etapas:
- Shock- Negación- Ira- Aceptación sumisa-Exploración- Integración
Además, el cuidador/a debe asumir una serie de tareas como:
- Constantes visitas y tratamientos médicos.
- Atención y cuidado en las actividades de la vida diaria.
- Evitar o paliar crisis.
- En algunos casos, administración de medicamentos.
Actividades básicas como comer, vestirse, ir al parque, de compras, al cole, hacer deberes.... se convierten en una tarea agotadora.
En muchos de los casos, los/las cuidadores/as expresan que sus corazones laten a mil por hora todo el día y que nadie los entiende cuando ven cómo sufren sus hijos/as.
La situación empeora aún más, porque existe todavía mucho desconocimiento sobre el autismo.
Los cuidadores/as azules se sienten rechazados, señalados especialmente por el entorno escolar de su familiar del espectro autista.
Todo esto puede generar en el cuidador/a azul:
- Agotamiento físico y mental.
- Depresión, ansiedad.
- Cambios de humor.
- Trastorno del sueño.
- Dificultades de memoria, atención.
- Alteraciones del apetito y peso.
- Problemas laborales.
- Aislamiento social...
Es por ello que el cuidador/a azul, requiere de especial atención para evitar el desgaste físico y psicológico al que está sometido/a.
Lo primero que debe hacer la madre/padre/familiar de la persona del espectro, es formarse.
No basta con conocer el trastorno, ni las manifestaciones del mismo. Es realmente necesario saber trabajar con una persona del espectro autista para promover su independencia o autonomía, mejorar su autoestima, evitar la desconexión con su mundo social.
Lo segundo a trabajar como cuidador/a azul, es conocer las técnicas básicas del manejo del estrés, cuidar su vida social, aprender a pedir ayuda, reconocer sus limitaciones.
Algunas recomendaciones para evitar el Síndrome del cuidador (Burnout):
- Tener salud y peso adecuados.
- Hacer ejercicios específicos.
- Combinar las tareas a realizar.
- Mejorar el rendimiento aplicando técnicas adecuadas.
